La sociedad, donde las agresiones se han vuelto "normales", donde se dice luchar contra la violencia y no pierden la oportunidad de violentarte, donde se habla de respeto, pero en cuanto pueden pasan por encima de ti y te aplastan está cada vez más enferma.
Las redes sociales muestran personas, "dioses y diosas perfect@s, buen@s y felices", que no existen en la vida real y andan por ahí tratando de destruir a los demás... Está prohibido defenderse y hasta llorar. Las personas han de tragarse solas sus problemas y angustias para que no las cataloguen de "tóxicas". No hay cabida para compartir, hacer feliz a otras personas únicamente con escucharlas, comprenderlas y tratarlas bien, con humanidad y comprensión.
Por eso, es un privilegio encontrar un oasis frente al desierto diario de la incomprensión, el abandono y el estigma que supone convivir con estas situaciones.
La gratitud y la esperanza son las emociones que mejor representan lo que vivimos cada Martes y Jueves en nuestros grupos GAM.
-Testimonio-
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