sábado, 9 de diciembre de 2023

Programa de Hospital de Día para Trastornos de Personalidad. Dr. Juan Francisco Torres Soto

 




La creciente demanda en #saludmental para atender personas con Trastornos de Personalidad, sobre todo Trastorno Límite (TLP), Trastorno de Personalidad Mixto (TPM), y No Especificado (TPNE), nos plantea la necesidad de poder ofrecerles un enfoque terapéutico adecuado. En este trabajo describimos el programa de tratamiento del Hospital de Día para Trastornos de Personalidad, del Hospital de San Juan de Alicante. Es un programa intensivo, multidisciplinar y multicomponente, con un abordaje individual y grupal, que hace partícipes a las familias.

Aplicamos el enfoque diagnóstico del Modelo Dimensional-Híbrido del Manual Diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales, Sección III de la quinta edición (DSM-5, APA, 2014), que aporta algunas ventajas frente el categorial. Y partiendo de la investigación en estos trastornos, adoptamos un enfoque terapéutico Transdiagnóstico y Cognitivo-Conductual, que nos permite abordar tanto los rasgos disfuncionales como la patología comórbida.
El programa ha resultado eficiente y satisfactorio, así como eficaz para lograr cambios significativos en síntomas, rasgos, comorbilidad y funcionamiento psicosocial, tanto en #tlp como en TPM y TPNE.

-Juan Francisco Torres Soto-

lunes, 4 de diciembre de 2023

Un día en prisión...

 



Mientras mi compañero descansa, observo a través de las rejas de mi celda como un rojizo sol de verano cede su trabajo a unos proyectores de halógena luz naranja.

Ahora, en la relativa tranquilidad que me ofrece la soledad y el silencio, miro hacia el cielo y reflexiono.

En algún sitio leí que nosotros escribimos nuestro destino y que somos lo que hacemos. Lo que hice me trajo aquí y por la misma norma, lo que haga ahora determinará mi futuro.

Puedo resignarme y esperar que el tiempo pase sin más. O puedo evitar que mi vida se detenga y seguir creciendo como persona, madurando como ser racional.

No es fácil.

Nadie dijo que lo fuera. Es todo un reto. Voluntad. Quizas esta sea la prueba más dificil de mi vida. Una prueba de paciencia, de habilidad, de tolerancia y de autoestima.

Es un gran consuelo para mí el hecho de que mi familia me perdonara y me ofreciera su apoyo, condicionado a mi buen comportamiento.

♦️ Pensar en ellos me da fuerzas. Como me las dio esta mañana antes de bajar a desayunar, cuando otra jornada me desafia a romper una rutina por sí misma perpetuamente tediosa.

Despues de tomar el pseudo-café y el “chusco” de pan, consegui escaparme. Si, me fugué y me escondi en la magia de la lectura. Asi pasé parte de una mañana como la de ayer y como todas.

Sólo volví puntualmente a la realidad un par de veces para resolver las demandas de mi destino como auxiliar de la Biblioteca. Buen destino. Entre mis amigos los libros y sus lectores. Quizas el lugar más tranquilo del Módulo.

Hasta que llegó el mediodía.

Educadamente pido a los compañeros que desalojen la estancia para cerrar y devolver la llave al funcionario de turno. Caminando por el patio, me aburren conceptos del tipo: sentencia, recurso, meses, años…libertad condicional.

Intento no pensar en ello. Tampoco es fácil. Tengo hambre. El caos de la cola para coger la comida se va convirtiendo en un goteo de personas al que me sumo, la comida huele como siempre, parece la de siempre, y no necesito verla para saber que su sabor será siempre el mismo.

Ya no disfruto comiendo pero necesito alimentarme. Fruta. ¡Sí! me gusta la fruta, en la calle casi no la comía, prefería el dulce. Yogur. Como siempre, lo cambiaré por un pitillo para la sobremesa.

El ruido de más de un centenar de personas entre cuatro paredes es atronador, me embota la cabeza. Mientras algunos hacen cola en el economato para comprar café (yo no tomo café, soy hiperactivo y me excita sobremanera), prefiero la tranquilidad de un paseo por el patio, al aire libre.

Una “persona” se me acerca para pedirme un favor, digo persona poque no me gusta la etiqueta de “recluso” o “interno”.

Un favor.- Si está en mis manos, lo intentaré- le respondo.

Dicen que aquí todo tiene un precio sin embargo prefiero pensar que aun puedo cambiar un favor por otro. Eso me hace sentir útil.

Con una fuerza inusitada, el altavoz escupe una serie de ruidos inteligibles. Nos están indicando que es el momento de subir a las celdas.

Bien. Tranquilidad. He pasado medio día y he “sobrevivido”. Oír y callar. Ver y callar esa es la estrategia para evitar problemas. Por eso no voy a contar lo que veo ni lo que oigo a mi alrededor.

Es por todos conocidos el problema de las drogas, el abuso de medicación o simplemente la falta de modales. Rabia mucho tiempo contenida, ajustes de cuentas, desiquilibrios psicológicos.

Ahora ya no me afecta. Antes me sorprendía. Temía que ciertos comportamientos me salpicaran. De que se aprovecharan de mi ingenuidad.

♦️ Es la primera vez que estoy en la cárcel. Hay una primera vez para todo ¿no es así? Y hasta esta experiencia se puede aprender.

Aprendí a decir que no, a evitar problemas gratuitos, a convivir con personas de diferentes razas-etnias, religiones o costumbres. Todos estamos igual de jodidos y ese es el nexo que nos une.

No me creo con el derecho de juzgar a nadie, pero es inevitable que haga mi propia selección de las personas que quiero tener cerca de mí , tampoco me sorprendió ya de lo desproporcionadas que son algunas condenas, respecto al delito cometido y yo mismo me considero un ejemplo.

Sólo veo víctimas. Víctimas de la droga, de la avaricia en un sistema enfermo en lo que mas importa es “tener” por encima del “ser”.

• ¿Qué soy? ¿un pobre hombre que subsiste con diez euros a la semana? Una persona rica en valores y educada en unos principios éticos inculcados con firmeza durante años por una madre que creyó que la buena educación es la base de la convivencia y que invirtió en ese proposito los mejores años de su vida.

 Ahora, con humildad sincera reconozco que no hay dinero en el mundo que pueda pagar esa dedicación.

Subo las escaleras a tropezones hasta alcanzar la segunda planta de la galería tan fría y simétrica como una nevera gigante, hierro y cemento.

Reticular, como un almacén donde se ordenan ¡personas! De dos en dos, perfectamente “colocada” cada pareja en su “sitio”.

Cuando la puerta me encierra dentro, paradójicamente me siento más seguro, estoy en mi espacio vital, el único espacio donde puedo tener un mínimo de intimidad, aunque ésta es relativa, ya que tengo que compartir estos momentos con otra persona.

Sólo los ocasionales gritos y golpes provenientes de otras celdas me recuerdan que, tras esa gruesa puerta de hierro con el número 36, se siguen fraguando tensiones, desavenencias, lágrimas, dolor…rabia, venganzas etc.

Pero ahora me voy a escapar de nuevo. Por la ventana del televisor accedo al presente. El mundo sigue su camino inexorable. A veces puedo ver mi ciudad, incluso mi barrio o alguna persona conocida.

El chirriar de la puerta al desplazarse anuncia que son las cuatro y media, ante mi se presenta otra vez ese pasillo aséptico, frio, impersonal de la galería invitándome a atravesarlo, pero antes debo limpiar la celda.

Ser presos no significa que seamos unos cerdos, lejía, barrer y fregar. Hierro y cemento.

De nuevo otra vez abajo, entre la agoviante presencia de estos muros coronados de alambre espinado que activan cualquier deseo ilusorio de de libertad, observo a la gente.

— En el aire se denota un potaje rancio de sentimientos tan candentes que en conjunto asemeja una olla a presión a punto de explotar. Vinagre y carbonato, efervescencias de emociones, tristeza, rabia y una pizca de piadosa esperanza.

Tras pasar varios minutos al sol, vuelvo a entrar a la biblioteca. Abro un libro y me voy a través de él hacia lugares que habitan en mi cabeza, cuando vuelva habrá pasado otra tarde, habrá pasado otro día en prisión, parecido al de ayer y al de mañana.

Pero único, como cada momento, cada minuto de nuestra vida es irrepetible.

Nosotros hacemos que así sea, porque mañana seré un poco mejor de lo que he sido hoy y me queda un día menos para irme con mi familia.


-Rubén.R.-Ganador concurso “Nelson Mandela"-